El Festival de Jazz de Montilla cierra su edición más exitosa con ritmo de swing y sabor a vermut
El Festival de Jazz de Montilla celebra su edición más exitosa con un cierre a ritmo de swing y sabor a vermut
El Montijazz Vendimia, festival que combina el gusto por el jazz y el vino, sigue madurando como el más fino de los vinos. La edición 2023 del festival ha marcado un hito tanto en términos de asistencia del público como de calidad musical, alcanzando las cifras más altas en sus siete años de historia. La velada de cierre se llevó a cabo ayer con una celebración al compás del septeto Troupers Swing Band.
El acto final se convirtió en una vibrante y festiva pista de baile gracias a la actuación de la banda de Alicante, que consiguió levantar a la audiencia de sus asientos en el patio de la Cooperativa La Unión. Por tercera vez consecutiva, Montijazz ha elegido concluir su festival con el swing, añadiendo también un componente didáctico. Durante el pasado sábado, más de una treintena de bailarines de toda Andalucía participaron en talleres de baile dictados por instructores de las escuelas Lindy Lovers Córdoba y Hop Hop Swing Granada. Por la noche, pusieron en práctica lo aprendido al ritmo de la música en vivo de Troupers Swing Band. Su amplia interpretación del ritmo y la música dota a la banda de un sello único que pone fin a Montijazz Vendimia de este año.
Durante dos semanas, los vinos de las bodegas y lagares adquirieron las complejidades del jazz en una variedad de estilos presentes en el Festival de Jazz de Montilla. "Ha sido una de las ediciones más completas de Montijazz", asegura el presidente de Jazz Amontillado, organizador del festival. José Alfonso Bellido insiste en la singularidad de su propuesta que une jazz y vino, ofreciendo música en vivo directamente en las bodegas, comenzando en Alvear y terminando en Cooperativa La Unión.
El festival de este año ha estado protagonizado por Iván Melón Lewis, Enriquito Rodríguez, Belén Martín, Castillo Kazaki y Troupers Swing Band. El evento ahora se despide hasta el próximo septiembre, acercándose a una década desde que los organizadores decidieron salir del teatro para unir los universos del vino y del jazz. Ingredientes que comparten muchos puntos en común y aportan al festival montillano un formato único y consolidado. Esto, junto con los aromas de jazz, swing y los exquisitos vinos, promete un brindis por muchos años más de celebración.
